¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE?
No ha sido definido, se el primero en definirlo
DEFINELO TU MISMOPero estas palabras estan cerca:
Rep. Dominicana
Es un olor a cebolla podrida que viene de la boca de gente cerda que no se baña, se cepilla o come mierda.
Normalmente se encuentra en el colegio, universidad, o en mujeres (Después de arrollidarse a su jefe). Para evitar este olor abundante en la naturaleza dominicana es recomendable que se junte pasta de diente e lo deo y te lo junte en lo diente a ta que bote sangre.
Juanito: KLK Loko huele mi boca.
Pedro: ¡Coño ******** Que bajo!
(Las matas comienzan a doblarse)
Juanito: ¡Yo no tengo bajo a boca! Tengo un olor exótico...
Rep. Dominicana
Rep. Dominicana
Adjetivo calificativo utilizado en el argot dominicano cuya función es multiplicar el efecto del significado en en proporciones bíblicas. Escuchado con mucha frencuencia en épocas de cobro de salarios y pagos de deudas ( o sea, siempre) y cuando algo o muy bueno o muy malo pasó. Nunca debe utilizarse el término en situaciones normales.
"Ese muchacho jode má' querr diablo!" (Nótese el énfecis en la "r" para ofrecer mayor empuje a la denotación despectiva de la frase. Tambié implica que la persona es sureña)
"Muchacho! Debo ma' cuarto querrr diablo!"
"Tengo un jumo del diablo!"
"
Rep. Dominicana
No Indicado
EL SAMBUMBIO NO ES MAS, QUE UNA ESPECIE DE SOPON, CUYOS INGREDIENTES PRINCIPALES SON TODOS AQUELLOS QUE USTED TENGA A SU DISPOSICION EN EL MOMENTO. UN BUEN SAMBUMBIO PARA SER CATALOGADO COMO BUENO, DEBE TENER, HABICHUELAS NO IMPORTA EL COLOR, MAIZ, CHULETA, TAJO E CARNE, POLLO, Y CUANTA MIERDA UD. TENGA A DISPOSICION. ESTE ES ALTAMENTE RECOMENDADO ESOS DOMINGOS CUYA RESACA NO LA BRINQUE UN CHIVO. EL SOMBUMBIO NO DA OTRA COSA MAS QUE ROMO Y CAN. (APORTE, LUIS CONTRERAS)
A NO PERO TU DIJITE QUE IBA A HASER UN SANCOCHO PERO LO QUE TE SALIO FUE UN SAMBUMBIO.
No Indicado
Rep. Dominicana
Palabra que surge de la degeneracion del nombre de la compañia "Bridge and Dine". Compañia que se dedicaba a la construccion de puentes, los cuales por su mala construccion con regularidad colapsaban, por tanto en la epoca se uso cuando algo se hacia mal "esta hecho a la Bridge and Dine" hoy en dia se degenero en "hecho a la brigandina"
A: Ese trabajo que hiciste para la presentacion de la clase no tiene mucho fundamento, ademas las cosas que dice no reflejan mucho tiempo de dedicacion.
B: Es que lo hice a la brigandina porque no tuve mucho tiempo
Rep. Dominicana
Panamá
hueso de res, que se colgaba generalmente sobre los fogones de las cocinas artesanales, para que el hueso recibiera el humo y los aromas de las comidas preparadas en estos fogones, cuando habia alguna fiesta o actividad especial y se queria hacer unaolla grande se sancocho o sopa, el hueso era descolgado y sumergido dentro de la olla dandole un gusto muy especial a esta, luego de terminar de cocinarse nuevamente colgado sobre el fogon, este hueso demoraba un año o mas colgado sobre el fogon.
era un sazonador de la epoca
Panamá
México
¿Quién es la Chingada? Ante todo, es la madre. No una madre de carne y hueso, sino una figura mítica. La Chingada es una de las representaciones mexicanas de la Maternidad, como la Llorona o la "sufrida madre mexicana" que festejamos el diez de mayo. La Chingada es la madre que ha sufrido, metafórica o realmente, la acción corrosiva e infamante implícita en el verbo que le da nombre. Vale la pena detenerse en el significado de esta voz.
En la Anarquía del lenguaje en la América española, Darío Rubio examina el origen de esta palabra y enumera las significaciones que le prestan casi todos los pueblos hispanoamericanos. Es probable su procedencia azteca: chingaste es xinachtli (semilla de hortaliza) o xinaxtli (aguamiel fermentado). La voz y sus derivados se usan, en casi toda América y en algunas regiones de España, asociados a las bebidas alcohólicas o no: chingaste son los residuos o heces que quedan en el vaso, en Guatemala y El Salvador; en Oaxaca llaman chingaditos a los restos del café; en todo México se llama chínguere o, significativamente, piquete al alcohol; en Chile, Perú y Ecuador la chingana es la taberna; en España chingar equivale a beber mucho, a embriagarse; y en Cuba, un chinguirito es un trago de alcohol.
Chingar también implica la idea de fracaso. En Chile y Argentina se chinga un petardo, "cuando no revienta, se frustra o sale fallido". Y las empresas que fracasan, las fiestas que se aguan, las acciones que no llegan a su término, se chingan. En Colombia, chingarse es llevarse un chasco. En el Plata un vestido desgarrado es un vestido chingado. En casi todas partes chingarse es salir burlado, fracasar. Chingar, asimismo, se emplea en algunas partes de Sudamérica como sinónimo de molestar, zaherir, burlar. Es un verbo agresivo, como puede verse por todas esas significaciones: descolar a los animales, incitar o hurgar a los gallos, chunguear, chasquear, perjudicar, echar a perder, frustrar.
En México los significados de la palabra son innumerables. Es una voz mágica. Basta un cambio de tono, una inflexión apenas, para que el sentido varíe. Hay tantos matices como entonaciones: tantos significados como sentimientos. Se puede ser un chingón, un Gran Chingón (en los negocios, en la política, en el crimen, con las mujeres), un chingaquedito (silencioso, disimulado, urdiendo tramas en la sombra, avanzando cauto para dar el mazazo), un chingoncito. Pero la pluralidad de significaciones no impide que la idea de agresión en todos sus grados, desde el simple de incomodar, picar, zaherir, hasta el de violar, desgarrar y matar se presente siempre como significado último. El verbo denota violencia, salir de sí mismo y penetrar por la fuerza en otro. Y también, herir, rasgar, violar cuerpos, almas, objetos, destruir. Cuando algo se rompe, decimos: "se chingó". Cuando alguien ejecuta un acto desmesurado y contra las reglas, comentamos: "hizo una chingadera".
La idea de romper y de abrir reaparece en casi todas las expresiones. La voz está teñida de sexualidad, pero no es sinónima del acto sexual; se puede chingar a una mujer sin poseerla. Y cuando se alude al acto sexual, la violación o el engaño le prestan un matiz particular. El que chinga jamás lo hace con el consentimiento de la chingada. En suma, chingar es hacer violencia sobre otro. Es un verbo masculino, activo, cruel: pica, hiere, desgarra, mancha. Y provoca una amarga, resentida satisfacción en el que lo ejecuta.
Lo chingado es lo pasivo, lo inerte y abierto, por oposición a lo que chinga, que es activo, agresivo y cerrado. El chingón es el macho, el que abre. La chingada, la hembra, la pasividad pura, inerme ante el exterior. La relación entre ambos es violenta, determinada por el poder cínico del primero y la impotencia de la otra. La idea de violación rige oscuramente todos los significados. La dialéctica de "lo cerrado" y "lo abierto" se cumple así con precisión casi feroz.
El poder mágico de la palabra se intensifica por su carácter prohibido. Nadie la dice en público. Solamente un exceso de cólera, una emoción o el entusiasmo delirante, justifican su expresión franca. Es una voz que sólo se oye entre hombres, o en las grandes fiestas. Al gritarla, rompemos un velo de pudor, de silencio o de hipocresía. Nos manifestamos tales como somos de verdad. Las malas palabras hierven en nuestro interior, como hierven nuestros sentimientos. Cuando salen, lo hacen brusca, brutalmente, en forma de alarido, de reto, de ofensa. Son proyectiles o cuchillos. Desgarran. Los españoles también abusan de las expresiones fuertes. Frente a ellos el mexicano es singularmente pulcro. Pero mientras los españoles se complacen en la blasfemia y la escatología, nosotros nos especializamos en la crueldad y el sadismo. El español es simple: insulta a Dios porque cree en él. La blasfemia, dice Machado, es una oración al revés. El placer que experimentan muchos españoles, incluso algunos de sus más altos poetas, al aludir a los detritus y mezclar la mierda con lo sagrado se parece un poco al de los niños que juegan con lodo.
Hay, además del resentimiento, el gusto por los contrastes, que ha engendrado el estilo barroco y el dramatismo de la gran pintura española. Sólo un español puede hablar con autoridad de Onán y Don Juan. En las expresiones mexicanas, por el contrario, no se advierte la dualidad española simbolizada por la oposición de lo real y lo ideal, los místicos y los pícaros, el Quevedo fúnebre y el escatológico, sino la dicotomía entre lo cerrado y lo abierto. El verbo chingar indica el triunfo de lo cerrado, del macho, del fuerte, sobre lo abierto.
La palabra chingar, con todas estas múltiples significaciones, define gran parte de nuestra vida y califica nuestras relaciones con el resto de nuestros amigos y compatriotas. Para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado. Es decir, de humillar, castigar y ofender. O a la inversa. Esta concepción de la vida social como combate engendra fatalmente la división de la sociedad en fuertes y débiles. Los fuertes los chingones sin escrúpulos, duros e inexorables se rodean de fidelidades ardientes e interesadas. El servilismo ante los poderosos especialmente entre la casta de los "políticos", esto es, de los profesionales de los negocios públicos es una de las deplorables consecuencias de esta situación. Otra, no menos degradante, es la adhesión a las personas y no a los principios. Con frecuencia nuestros políticos confunden los negocios públicos con los privados. No importa. Su riqueza o su influencia en la administración les permite sostener una mesnada que el pueblo llama, muy atinadamente, de "lambiscones" (de lamer).
El verbo chingar maligno, ágil y juguetón como un animal de presa engendra muchas expresiones que hacen de nuestro mundo una selva: hay tigres en los negocios, águilas en las escuelas o en los presidios, leones con los amigos. El soborno se llama "morder". Los burócratas roen sus huesos (los empleos públicos). Y en un mundo de chingones, de relaciones duras, presididas por la violencia y el recelo, en el que nadie se abre ni se raja y todos quieren chingar, las ideas y el trabajo cuentan poco. Lo único que vale es la hombría, el valor personal, capaz de imponerse.
La voz tiene además otro significado, más restringido. Cuando decimos "vete a la Chingada", enviamos a nuestro interlocutor a un espacio lejano, vago e indeterminado. Al país de las cosas rotas, gastadas. País gris, que no está en ninguna parte, inmenso y vacío. Y no sólo por simple asociación fonética lo comparamos a la China, que es también inmensa y remota. La Chingada, a fuerza de uso, de significaciones contrarias y del roce de labios coléricos o entusiasmados, acaba por gastarse, agotar sus contenidos y desaparecer. Es una palabra hueca. No quiere decir nada. Es la nada.
Octavio Paz - Octavio Paz
De El laberinto de la soledad
México
Venezuela
Extrema derecha o ultraderecha son términos utilizados en política en sentido peyorativo para describir movimientos y partidos políticos con tendencia populista que sostienen un discurso ultranacionalista, xenófobo y autoritario, en defensa exacerbada de la identidad nacional que no aboga por el mantenimiento de las instituciones y las libertades democráticas.
1. La ultraderecha de los opositores de la revolución bolivariana en Venezuela, desencadena en actos violentos y antidemocráticos.
2. Los estudiantes en Venezuela realizan protestas violentas financiadas por dirigentes de la ultraderecha.
3. La ultraderecha es la responsable en la crisis económica en Venezuela.
4. El Comandante Supremo nos salvó y nos salvará de las crueles acciones de la ultraderecha.
Venezuela